¿Juan, alguna propuesta?
Y como no me quiero quedar atrás, propongo que Juan, usando su condición de analista deportivo y seguidor de los deportes olímpicos, nos llame a la acción a la población civil y al establecimiento deportista. Durante los siguientes cuatro años Juan debería de seguir el deporte olímpico con interés y critica, proponiendo que reformas estructurales se tienen que hacer dentro de la CONADE para colocar a nuestros atletas en una mejor posición en Londres que la obtenida en Pekín.
Con un aliado como Juan constantemente siguiendo, reportando, analizando y proponiendo, La CONADE tendrá que darse cuenta de sus fallas, talvez tomarse de las ideas de Juan, y Mejorar.
Gracias Juan
Atte.
Rodrigo
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Juan Villoro
29 Ago. 08. REFORMA
¿Qué papel hizo México en Pekín? Papel de China. Fuimos a Oriente a decorar la fiesta.
Hay que agradecer a Dios -desde ahora conocido
Estas preseas demuestran triunfos culturales. No ha sido en vano que los autobuses foráneos recorran el territorio nacional proyectando películas de Bruce Lee. Quienes nos quejamos con pedantería de esa programación debemos reconocer que se trata de un programa motivacional. Eso sí, se requiere de individuos excepcionales para sacarle provecho. Las medallas de oro confirman que México es bueno para las tareas de
En México 68 ganamos nueve medallas. En esa misma justa España no ganó ninguna. Quienes teníamos parientes allá compadecíamos su atraso y su dictadura. El ejercicio a la española era una tarde de chorizos mientras se mataban seis toros, un triunfo de Estado del Real
Cuarenta años después, España obtuvo 18 medallas. En ese lapso nos convertimos en uno de los 10 países más poblados y uno de los 15 mercados más importantes. Por desgracia, en vez de obtener una cuota razonable de medallas -digamos, las nueve de 1968-, institucionalizamos la épica para transformar atletas en burócratas. La meta más rentable
Cuando Phelps concluyó su participación en Atenas, de inmediato pensó en Pekín. Después de recoger su octava medalla en estos juegos, voló a Londres para meter el pie en la alberca con la que soñará durante cuatro años. En cambio, el mexicano que triunfa suele tener
En muy pocos países las turbulencias deportivas se transmiten de manera simultánea en dos canales abiertos.
La crítica aparece poco en la pantalla chica porque vulnera el nacionalismo integrista. Esto incluso se extiende al público. Mucha gente teme "quedar mal" si dice que esperaba más de sus atletas. Lo correcto parece ser la resignación cósmica: "los muchachos hicieron lo que pudieron".
¿Y qué dicen los protagonistas? Jorge Marrón publicó en Cancha un espléndido reportaje en el que recoge las excusas de los atletas. Sabemos que en México admitir un error es peor que cometerlo. Vivimos en un país donde una editorial nunca se atrasa sino que le falla la imprenta. Fieles a esta tradición, los nuestros rehuyeron responsabilidades. Conviene repasar el rico acervo de pretextos. Lo peor es que los hemos oído en otras circunstancias. Ahí está el caso de quien convierte su fracaso en motivo de orgullo: "Terminé la carrera, corrí con el corazón y me quedo satisfecho porque di mi 100 por ciento", dijo el ciclista Moisés Aldape, tritón
También está el caso de quien prefiere recordarnos que a
Sabemos que al marchista Éder Sánchez se le indigestó el espagueti, retrasándolo hasta el inesperado lugar 15, y que a Fabiola Corona le jalaron los pies en el agua antes de ser descalificada en triatlón. Sólo algunos,
Ante
Woody Allen ha dado a conocer fragmentos
Cuando un protagonista pregunta "¿por qué estoy aquí?", deja de serlo. Demasiados paisanos llegaron a las Olimpiadas con cara de "¿era para hoy?".
"Éste es el nivel que tenemos en México", dijo Juan Carlos Romero al llegar 29 en los 10 mil metros. ¿Es necesario ir a
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